Los acreedores aprobaron un plan de reestructuración presentado por la empresa austriaca, que se comprometió a pagar el 30% de la deuda en efectivo.
La reunión de hoy con los acreedores era crucial, sin su aprobación la empresa austriaca habría cerrado sus puertas. Como todos esperaban, el resultado fue positivo: KTM está a salvo. O al menos podemos decir que se evitó el peor escenario, que habría supuesto que el proceso de insolvencia comenzara desde cero.
Durante la reunión del martes 25 de febrero, los acreedores aprobaron el plan presentado por KTM que prevé el pago de una cuota en efectivo equivalente al 30% de los créditos mediante un único desembolso. Para cumplir con este compromiso, explica Pierer Mobility, la empresa tendrá que depositar la suma de 548 millones de euros al administrador de la reestructuración antes del 23 de mayo de 2025. El tribunal, a su vez, confirmará el plan a principios de junio de 2025, haciéndolo jurídicamente vinculante y cerrando el procedimiento.

Al mismo tiempo, para permitir una reanudación gradual de la producción a partir de mediados de marzo de 2025, algo que KTM ha prometido en varias ocasiones, la compañía austriaca recibirá una financiación por un total de 50 millones de euros de un amplio círculo de accionistas. Con la aprobación del plan de reorganización, se pondrán a disposición de KTM fondos para cubrir los costes relacionados con el relanzamiento progresivo de las actividades de producción. El objetivo, explican, es lograr, en tres meses, la plena utilización de las cuatro líneas de producción que funcionan en un solo turno. Para financiar la parte en efectivo y la reanudación de la producción, explica Pierer, el grupo necesita un capital nuevo de aproximadamente 800 millones de euros. En este sentido intervendrá Citigroup Global Markets Europe AG, encargado de apoyar este proceso de inversión de forma «estructurada, transparente y eficiente, en interés de todos los interesados».